Friday, August 1, 2008

Historia de Rosarito

(por la Sociedad Historica de Rosarito)

Primeros pobladores

Aunque Rosarito y Tijuana son dos ciudades que comparten la misma prehistoria, y hasta época reciente una era englobada políticamente por la otra, hoy, la que fuera delegación de Tijuana ha alcanzado el desarrollo necesario para constituir un municipio libre.

Los nativos prehispánicos de Uácuatay, como llamaban a lo que hoy es Rosarito, pertenecían al pueblo kumiay, que había substituido a los joyanos unos 2 000 años A.P., y tenían la cultura más avanzada de la península a la llegada de los españoles, ya que, además de la cerámica, conocían el arte de la cestería, elaboraban harinas de semillas como la bellota y la jojoba, y además de la cacería practicaban la pesca, para lo cual se adentraban varios kilómetros mar adentro en sus botes de tule, lo cual ya se mencionó en el capítulo II. El nombre de El Rosario para el arroyo y la región de Uácuatay, así como el diminutivo Rosarito, deben haber sido obra de los padres dominicos. El primer asentamiento humano que se formó al sur de Rosarito además de las rancherías indias, fue la Misión de San Miguel Arcángel de la Frontera, a orillas del arroyo que se llamaba San Juan Bautista. La población de este lugar llegó a ser de 300 habitantes, y en sus campos se criaron hasta 8 000 cabezas de ganado, pero a causa de las fuertes lluvias de 1810 y la consecuente inundación de las tierras de labor así como del edificio misional, se tuvo que cambiar a El Descanso en fecha imprecisa, a un poco más de 12 Km. al norte, a la altura de lo que hoy es el Ejido Primo Tapia; esta misión la fundó el dominico fray Tomás Ahumada y todo hace suponer que lo hizo a fines de 1809 o principios de 1810.

Conforme al concordato firmado el 7 de abril de 1772 por los representantes de las órdenes dominica y franciscana, la misión más septentrional que podían fundar los padres predicadores quedaría en el arroyo de San Juan Bautista, y su frontera llegaría hasta lo que hoy es Punta El Descanso, lugar que sería el límite entre los territorios dominico y franciscano, o lo que es lo mismo, entre la Baja y Alta California. Sin embargo, la línea divisoria no quedó allí por mucho tiempo, pues en 1773 el franciscano Fr. Francisco Palou cambió la frontera unos 10 kilómetros hacia el sur la cual señaló con una cruz de aliso; al respecto Palou escribió en su diario: No se puso la santa cruz en la nueva punta de la Sierra Madre que termina antes de llegar a la playa como expresa el convenio por estar dicha punta más de tres leguas del camino real al concluir dicha sierra que se juzgó por los religiosos que íbamos, por los soldados y sargento, prácticos de dicho camino, por paralelo de dicha punta 5 leguas distante del arroyo dicho de San Juan Bautista y como 15 del puerto de San Diego..3.; se cree que este sitio coincide con un grupo de grandes rocas que están a unos 3 Km. del mar en el ejido Primo Tapia. En 1788 el dominico Luis de Sales viajó hacia el norte, y al invadir prácticamente territorio franciscano, fijó la frontera entre las dos Playas de Rosarito Californias en el arroyo El Rosario o Rosarito, a unos 25 Km. al sur de la actual línea internacional. Resulta incomprensible que al firmarse el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848, los norteamericanos hayan aceptado que la línea fronteriza quedara a una legua marina, equivalente a 5555 m., al sur de la Bahía de San Diego, sin tomar en cuenta el límite que formaba el arroyo mencionado.

El primer nombre en documentos del dueño de una parte de Rosarito es el de J. Manuel Machado, quien obtuvo del gobernador José María Echeandía una concesión de 11 sitios de ganado mayor quivalentes a 19 305 hectáreas el 14 de febrero de 1827, aunque el título de propiedad fue entregado a su hijo Joaquín Machado Valdés hasta el 28 de julio de 1879; don Juan Manuel también recibió 4 sitios en la misión El Descanso5, además de un sitio en Tecate, El Carricito y La Calentura. El 14 de mayo de 1885, Joaquín Machado registró en Ensenada título de propiedad del rancho El Rosarito otorgado por don Porfirio Díaz, y ésta es la fecha que la Sociedad de Historia de Rosarito ha considerado como la indicada para celebrar la fundación de la ciudad.

Cuando el arroyo El Rosario era la línea que separaba a las dos Californias, los colonos norteamericanos penetraban fácilmente a esta región y llegaron a establecerse en ella sin problema alguno, además de que muchos habían recibido concesiones ilegales de tierras de gobernadores de la Alta California6. En relación con estos hechos resultan interesantes los escritos que en 1851 y 1852, Francisco del Castillo Negrete envió a La Paz al Coronel Rafael Espinosa, Jefe Superior Político de Baja California, en los cuales solicitó la intervención de las autoridades superiores para que se nulificaran las concesiones que indebidamente se habían otorgado a varios mexicanos y extranjeros sobre terrenos de la península; entre los que estaba El Descanso; se transcribe enseguida parte de los documentos: ...Acompaño a vuestra señoría la información que sobre la enajenación de Paisaje de La Misión, por donde pasa el arroyo que antiguamente se llamaba San Juan Bautista, de donde parten actualmente sendos acueductos para ayudar al abastecimiento de agua de Tijuana y Ensenada misiones de la frontera, me mandó practicar... manifestando que no sólo la ex misión de Santo Domingo fue enajenada por el señor gobernador de la Alta California, sino las de Guadalupe, El Descanso, San Miguel... Esta península ha sido siempre independiente de la Alta California, y sólo en tiempo del señor Micheltorena fue agregada en cuanto a lo militar, según la disposición del supremo gobierno, que tampoco llegó a tener efecto, porque siempre dependimos de la comandancia militar de Sinaloa. Me consta esto, porque a la sazón me hallaba mandando las armas por disposición del supremo gobierno, y en este tiempo no se hizo concesión ninguna. La línea divisoria que se conocía antes entre ambas Californias, era en el arroyo de Rosarito, cosa de cuatro leguas más al norte de la misión de El Descanso, y sin embargo, el alcalde de San Diego dio posesión de algunos terrenos en esta Baja California, saliendo de su jurisdicción ...;...Como no ha llegado a mi conocimiento si el supremo gobierno ha resuelto sobre si aprueba o no las concesiones de las misiones de esta frontera que don Pío Pico, como gobernador de la Alta, hizo a favor de algunos individuos, suplico a vuestra señoría se sirva decirme si podrán concederse terrenos de ellas... La ex misión de Guadalupe y la de El Descanso, situadas en los dos caminos que dan entrada a esta California mexicana, las ocupan ciudadanos americanos que viven en San Diego y ni siquiera han permitido que algún indio aplicado cultive ni un pequeño terreno...

En 1824 se nombraba al lugar El Rosario, tal como se menciona en el acta de defunción levantada en la misión de San Diego con registro número 3 353; en la cual se asentó lo siguiente: En 16 días del mes de marzo de 1824, en el cementerio de la iglesia de esta misión de San Diego, mi compañero Fray Vicente dio sepultura eclesiástica a una párvula llamada Casimira, hija de los gentiles, él llamado Ciguaricho, y de su mujer llamada Coayul, de la ranchería del Rosario, perteneciente a La Punta. Para que coste lo firmó Fray Fernando Marín. Tal vez el primer documento que confirió categoría política a Rosarito fue la carta que el Juez de Paz de La Frontera, Joaquín Martorell, envió el 17 de septiembre de 1854 desde El Rosario al jefe político del territorio Antonio Navarro, con la relación de los jueces auxiliares que se habían nombrado para las poblaciones de La Frontera: en Tijuana Santiago Argüello; en Rosarito, Joaquín Machado; en Misión Vieja, A. P. Vidal; y en Guadalupe José María Bandini; lo cual demuestra que para esa fecha el poblado contaba con una población que ameritaba la designación de un juez auxiliar, el cual fungía en las pequeñas comunidades como máxima autoridad.

Dos años después se publicó el Itinerario y Derroteros de la República Mexicana, por José J.
Álvarez y Rafael Durán que en parte dice: ...Rosarito; sigue el camino costeando por terreno con interrupción de algunos arroyos, hasta el del Rancho del Rosarito. Este arroyo era la línea que dividía la Alta de la Baja California antes de los tratados de paz con Norteamérica. Vive en este rancho un individuo y está ocupado con unas 500 reses, y 100 bestias caballares. En el lindero norte de este rancho se halla un cerrito con piedra de chispa. Las siembras son muy cortas...

Ese mismo año de 1856, José Matías Moreno hizo la Estadística de La Frontera del Partido Norte de La Baja California, en la cual aparece la propiedad de los Machado en El Rosario, abarcando los 11 sitios de ganado mayor ya mencionados, 400 cabezas de ganado vacuno, 300 de ganado lanar, 3 hombres, una mujer, 3 indios, y 100 caballos y mulas. Se menciona a Juan Machado como propietario de La Misión Vieja con 1 000 ovejas, y en su rancho El Carmen 500 reses.

Philip Crosthwaite, un pionero de Rosarito

Philip Crosthwaite nació el 25 de diciembre de 1825 en Athy, Irlanda, cuando sus padres Edward y Rachel, ciudadanos norteamericanos, visitaban su antigua patria, y a su regreso a los Estados Unidos dejaron al pequeño Philip al cuidado de su abuela. En 1845 se embarcó para América con el fin de visitar a su madre, pero por azares del destino y después de inesperadas aventuras vino a parar a San Diego y nunca pudo terminar el proyectado viaje, ya que permaneció por el resto de su vida en la costa occidental de California y en su rancho San Miguel ubicado en lo que hoy es Rosarito.

Por algún tiempo, Crosthwaite se dedicó con éxito a la cacería de nutrias de mar en la costa noroeste de la península; durante la guerra con los Estados Unidos sirvió en el ejército norteamericano por 3 meses, le tocó participar en la batalla de San Pascual, y a partir de 1847 llegó a desempeñar varios puestos en la alcaldía de San Diego como juez de paz, funcionario escolar y “deputy sheriff”. En 1848 se casó con María Josefa López en Ensenada, con quien tuvo 11 hijos, 7 de los cuales fueron varones.

En 1861 se fue a vivir a su nuevo rancho de San Miguel, Baja California, hasta 1868, cuando regresó a San Diego. Después de desempeñar algunas actividades y puestos en los que no tuvo el resultado económico deseado, Crosthwaite regresó con su familia al rancho, en donde se dedicó principalmente a la cría de ganado, y para 1891, según un artículo del “Union”, él y tres de sus hijos eran dueños de 45 000 acres de tierra, algo más de 18 000 hectáreas, además de 5 000 cabezas de ganado y 400 caballos. El 29 de mayo de 1900, con motivo de la visita que hizo a la feria de Del Mar, el “Union” publicó una nota que en parte decía: ...El señor Crosthwaite tiene una familia de siete hijos y tres hijas, seis nueras, tres yernos y cuarenta y siete nietos. Su hogar está en Baja California y de su casa por treinta y cinco millas cada casa que uno ve por el camino es (de) un Crosthwaite. El 19 de febrero de 1903, Philip Crosthwaite murió en San Diego, a la edad de 77 años, y fue sepultado en la sección masónica del “Mount Hope Cementery”, ya que en vida fue importante promotor de la masonería en la ciudad californiana. Philip Crosthwaite, uno de los pioneros de Playas de Rosarito.

Más sobre la revuelta de 1856 a 1861

Feliciano Ruiz de Esparza10, ya mencionado en el capítulo XVIII, gobernó La Frontera después de José Castro11 y tuvo por un tiempo su cuartel general en El Descanso, perteneciente al actual Rosarito, habiendo recibido el apoyo de norteamericanos12 y mexicanos residentes en la Alta California13, quienes lo consideraban como el único hombre capaz de conservar la paz y proteger sus intereses14; sin embargo, José Matías Moreno lo acusó varias veces de ser un tirano y asesino15 que abusaba de la población civil, además de que buscaba la anexión del territorio a los Estados Unidos16, lo que nunca se fundamentó. Finalmente, Moreno logró el apoyo de Don Benito Juárez al ser nombrado subprefecto de La Frontera; el 11 de marzo de 1861 desembarcó en Ensenada, junto con el batallón Vega al mando del teniente coronel Eustaquio Cota, el 12 salieron hacia El Descanso a donde llegaron el 13 por la tarde, y a las 5 de la mañana del siguiente día atacaron y derrotaron fácilmente a los hombres de Ruiz Esparza17, quien desde antes había huido hacia el sur18. Por los vencidos hubo un muerto, un herido y 20 prisioneros, incluyendo a su jefe Casimiro Pérez, además se les recogieron 2 piezas de artillería, 2 arrobas de pólvora en granel y 50 armas. Por las fuerzas del gobierno fue herido el teniente de artillería Lucio González, y 5 hombres más, uno de los cuales murió poco después. Para sufragar los gastos de la campaña, y dada la miseria que imperaba en La Frontera, Moreno tuvo que vender en San Diego 120 marcos de plata pertenecientes a la iglesia, pero que estaban en el cuartel de Ruiz Esparza, todo lo cual fue informado al gobernador Teodoro Riveroll, con residencia en La Paz. El mismo 14 de marzo de 1861, desde El Descanso, el subprefecto convocó al pueblo para que acudiera el día 25 a El Sauzal de Camacho, con objeto de proceder a la elección de autoridades y jueces locales, lo cual no se llevó a cabo por falta de votantes.

Estabilidad y progreso

En 1916, algunos de los Machado vendieron sus tierras a la Compañía Explotadora de Baja California, de capital norteamericano, cuyo fin era encontrar y explotar yacimientos de petróleo, y aunque en las perforaciones hechas en El Descanso se vio que podría ser factible su extracción19, las obras no pudieron seguirse por lo cambios políticos que se dieron en 1917. Aun así, la tranquilidad se fue restableciendo, el crecimiento del poblado fue, aunque más lento, paralelo al de Tijuana; se fueron instalando más colonos y comerciantes cerca del camino que unía esta ciudad con Ensenada; el 18 de octubre de 1919 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley Volstead, por la cual se prohibía la venta de bebidas alcohólicas en territorio norteamericano, lo cual fue causa de que gran cantidad de visitantes cruzaran la frontera para comprar licor en Tijuana, y muchos de ellos se trasladaran hasta Rosarito para disfrutar de sus playas; la actividad comercial y de bienes raíces se incrementó, se construyó el Hotel Rosarito, con su anexo el “Shore Acres Country Club”, y la venta de curiosidades mexicanas así como la industria restaurantera se convirtieron en importantes fuentes de trabajo.

Desde 1936, algunos rancheros asentaron sus casas en terrenos que detentaba la corporación Moreno y Compañía en lo que hoy es Rosarito20; la escuela José María Morelos y Pavón era usada por los campesinos para tener sus reuniones, y la orquesta del batallón de infantería acuartelado en Tijuana iba los fines de semana a tocar allá para el deleite de los vecinos. El 23 de febrero de 1937, 103 familias, muchas procedentes del interior del país, por medio del comité que presidía don Guillermo Mora González solicitaron del gobierno la dotación de tierras por la vía ejidal y la solicitud se publicó en el Periódico Oficial del 30 de marzo de 1937; por otra parte, el Registro Público de la Propiedad informó que respecto a las 19 000 Has. del Rancho El Rosario nunca había habido un juicio sucesorio, aunque se habían efectuado enajenaciones por los propietarios originales y sus descendientes, algunas de ellas a favor de la compañía mencionada. El 17 de agosto de 1938,

el General Lázaro Cárdenas dotó al Ejido Mazatlán con 4 671 hectáreas que beneficiaron a los 103 campesinos solicitantes, afectando a la empresa extranjera Moreno y Compañía, y para no perjudicar a los descendientes de los legítimos y originales dueños del predio, se les respetaron 20 Has. cercanas a la casa en que residieran; los beneficiados con esta disposición fueron Francisco Machado, Lugarda Machado, Virginia Machado, Rosario Simplicia Machado, Josefa Machado, Guadalupe Machado de Crosthwaite, Dominga Arce de Machado, José Machado Gutiérrez, Eduardo Crosthwaite, Eusebio Gilbert, Virginia Machado Vda. De Ames, David León Machado, Ana María Agraz, Enrique Crosthwaite, Guillermo Crosthwaite, María Crosthwaite de Ballesteros, Inocente Policarpo Machado, Antonio Silvestre Machado, Elías Machado, Marco Machado y María Machado de Crosthwaite21. Poco después se establecieron los ejidos Primo Tapia y Plan Libertador junto a los cuales se han ido desarrollando poblados debidamente urbanizados.

Finalmente, cumpliendo con las aspiraciones de los rosaritenses, el 29 de junio de 1995 la XIV Legislatura del Estado decretó la creación del quinto municipio de Baja California, Playas de Rosarito, lo cual se publicó en el Periódico Oficial del 21 de julio del mismo año, para cuyo gobierno se nombró provisionalmente un Concejo Municipal con duración de tres años que inició su gestión el 1o. de diciembre de 1995. Al comienzo del S. XXI, la población de Rosarito se acerca a los 150 000 habitantes, sus 60 Km. de playas atraen a gran cantidad de turistas, lo que ha favorecido la proliferación de hoteles, restaurantes y otros servicios turísticos, así como la industria de la construcción, la fílmica y el desarrollo del comercio en general, en tanto que la gigantesca planta termoeléctrica y las instalaciones de P.E.M.E.X. establecidas a la orilla del mar son indicadores del progreso industrial de la región.

1 comment:

A.C Piggy Banks said...

(En 1916, algunos de los Machado vendieron sus tierras a la Compañía Explotadora de Baja California) Eso es totalmente mentira, mi familia jamás vendio nada al Gobierno, el Gobierno se apodero de los terrenos por y hasta la fecha se sigue peleando por ellos.

Millones de hectáreas de tierra fueron adjudicadas irregularmente ... Rosasito es una cuidad totalemente irregular por que mi famila todavia cuenta con los titulos de propiedad del Rancho Rosarito.

Algunas personas siguen vendiendo terrenos de nuestra familia como si fueran de su propiedad y el Gobierno no hace nada, por tanta corrupción que existe en todo México.

Propuesta:

APRIMOTAPIADO
-taller de libro de artista-



El proyecto comprende la realización de un taller de libros de artista (o libro objeto) basado en el texto Beyond Human Rights pero trasladado al contexto sociológico que ocurre en el municipio de Rosarito, específicamente en la delegación de Primotapia; la transición económica, geográfica y social de sus habitantes al separarse de la ciudad de Tijuana y el viaje que, a pesar de los pocos kilómetros de distancia, sucede al trasladarse del contexto suburbano a la urbanidad de la ciudad fronteriza de Tijuana.
El taller pretende estar integrado por no más de diez colaboradores de distintos oficios y edades pero residentes del municipio de Rosarito. Dividido en seis sesiones de dos horas máximo, los colaboradores entenderán la definición e importancia de los libros de artista (libro objeto), así como sus distintas técnicas y teorías para crear así su proyecto y finalizar con una pieza en el formato de libro de artista. Nos interesa este procedimiento creativo a través del taller debido a la evolución, el contacto y la retroalimentación de un grupo que, en el desarrollo, expondrá ideas y las infinitas formas de exponerlas en un formato tan maleable como lo es el libro de artista.

Con el objeto de proponer una nueva dinámica en el tema Estado de Excepción, pretendemos viar las perspectivas de los participantes en analogías sobre el acontecer en el desarrollo de la delegación de Primotapia, contextualizando la temática y comparándola con la situación fronteriza de la ciudad de Tijuana. Rosarito otrora delegación de dicha ciudad y evolucionada a municipio independiente dentro del estado de Baja California; Rosarito ahora con sus propias delegaciones, una de ellas el ejido Primotapia.

Aprimotapiado deviene como participio y gentilicio, adjetivo actante, más como un convencionalismo del slang rosaritense al referirse a las circunstancias de delegación del ejido Primotapia; la evolución que conlleva una apenas separación geográfica es lo que da pie a diferencias culturales y de discursos jerárquicos y urbanos de distinta índole. Aprimotapiado es el que está lejos de la urbanidad pues tampoco está muy cerca de lo suburbano.

Con el potencial apoyo de la Casa de la Cultura (como sede del taller y exposición final de los proyectos), el estribo de escritores cuya obra abarca los libros objeto o libros de artista (esto por medio de videograbaciones de los escritores contando su experiencia en el quehacer de estos formatos), así como materiales interactivos (video, imágenes y una guía de contenidos) buscaremos viar estos proyectos de una manera plausible dentro de los lineamientos que el Proyecto Cívico requiere.

A través del formato de libros de artista, realizados por diez habitantes de Primotapia, contaremos la historia del desarrollo del municipio antes y después de su separación de Tijuana. Eventos ocurridos que van desde la cotidianeidad hasta la importancia histórica y relevante. Un convivir con los privilegios y no privilegios de la emancipación geográfica, del Estado de Excepción.



Programa del Taller:


Sede: Casa de la Cultura (Primotapia)
Horario: Sábados de 16:00 hrs. a 18:00 hrs.
Seis sesiones


Primera sesión:
Se mostrará a los colaboradores una semblanza cronológica sobre la historia del libro poniendo en perspectiva la evolución del formato hasta nuestros días; se mostrará también la historia del libro de artista y libro objeto a través de manifiestos, imágenes de obra y tratados de artistas que han trabajado o han utilizado recursos bajo dicho formato. Daremos un esbozo sobre la idea del libro de artista y el libro en general para que así el colaborador trabaje bajo la idea de que cualquier objeto o tema es de relevancia para su proyecto.

Segunda sesión:
Repasaremos brevemente la historia en la transición de Rosarito desde 1995 (año en que se manifestó como municipio de Baja California) hasta los últimos tiempos. Se explicará el texto Beyond Human Rights así como el concepto Estado de Excepción intentando contextualizarlo en los aconteceres sociológicos del municipio. Proyección de una videocharla con la poeta Myriam Moscona sobre su experiencia creativa con el libro objeto. A partir de esta sesión se comenzarán bocetos mentales sobre los posibles proyectos, convivir con la idea de cómo proyectar el Estado de Excepción en el contexto del municipio.

Tercera sesión:
Realizaremos ejercicios integrales en vías de la realización del proyecto. Comentaremos los proyectos o los bosquejos de éstos en una charla grupal. Las posibilidades del reciclaje, los materiales y costos para la realización de las piezas. Proyectaremos una videocharla con la poeta Rocío Cerón sobre su experiencia como coordinadora de talleres y creativa de formatos alternos literarios como el libro de artista. A partir de esta sesión se pedirá un boceto del proyecto a manera de escrito, mapa o dibujo para aterrizar la idea de lo que cada uno pretende hacer como pieza final.


Cuarta sesión:
Comentaremos los avances de los proyectos de cada uno de los colaboradores así como la viabilidad y posibilidades de los mismos. Por medio de la retroalimentación, depuraremos ideas de materiales para trabajar. Proyectaremos imágenes de otros trabajos de artistas reconocidos dentro y fuera de México, así como una videocharla con la poeta Minerva Reynosa y su experiencia con los libros de artista y su proyecto de los Libros de Viaje. A partir de esta sesión se pedirá un avance físico de la pieza final para la próxima sesión de taller.

Quinta sesión:
Se verán los avances de los proyectos (físicamente), comentándolos previo a la demostración de la pieza final. Con esto se pretende que la sesión sea meramente retroalimentativa para depurar los proyectos y cumplir con los objetivos propuestos por el colaborador. Se proyectará la videocharla con el poeta Roberto Tejada y su experiencia con los libros de artista. A partir de esta sesión se pedirá la pieza final previo al último encuentro del taller.

Sexta sesión:
Se mostrarán las piezas finales producto del taller. Comentaremos la importancia de la historia contada a través de los libros con formatos alternos y si éstos cumplen sus finalidades ya a manera local, regional y universal. Los colaboradores se prepararán afinando y depurando sus piezas para la exposición final.